Las casas del futuro: nuevo paradigma post Covid-19

La pandemia del Covid-19 ha provocado muchas crisis a nivel sanitario y económico, pero también nos ha hecho replantearnos a nivel personal muchas cuestiones sobre prioridades, salud y bienestar. Sin ir más lejos, nos ha hecho plantearnos qué rol tienen los espacios en ese bienestar que tanto valor ha adquirido, especialmente nuestro espacio; nuestro hogar.

El confinamiento ha puesto de manifiesto que muchas viviendas actuales no están pensadas, diseñadas y construidas para que las personas pasen mucho tiempo dentro de ellas. Gracias al confinamiento, se ha llevado al límite la definición de casa, que deja de ser un espacio de cuatro paredes donde pasamos el tiempo justo a convertirse en ese hogar en el que disfrutamos haciendo vida.

Por ello, se plantea un cambio de paradigma en la arquitectura y construcción de “las casas del futuro”, dejando mucha más importancia a los espacios intermedios (ventanas, balcones y terrazas), tal y como señala Laura Martínez de Guereñu, arquitecta y profesora de IE School.

Los espacios intermedios se convirtieron en los lugares que aportaban un valor extra a las viviendas, nos conectaron con el mundo exterior en época de confinamiento y, como señala Laura, “han permitido que nos aproximáramos a la vida urbana”.

Otros de los aspectos que incrementarán el valor de las casas del futuro son la amplitud, la iluminación y la ventilación de los espacios. Por ejemplo, actualmente hay muchos baños sin ventanas o cocinas con ventanas insuficientes, por lo que se deberá potenciar la existencia de más patios de ventilación y poner énfasis en las cocinas abiertas. En el caso de las cocinas, vimos cómo la tendencia reciente ha sido reducir su espacio o fusionarlas con otros espacios como el comedor o la sala, sin embargo, ésta comenzó a cobrar valor ya que muchas personas comenzaron a darle más uso del habitual, por lo que este espacio recuperará todo su valor funcional, flexible y aumentará el espacio de almacenaje.

Y no solo nos referimos a las viviendas particulares, sino que incluimos las oficinas, ya que deberán incorporar estos y otros aspectos para favorecer el bienestar de los trabajadores; como por ejemplo mejores sistemas de ventilación y toda la luminosidad natural posible.

Las zonas sociales integradas serán otra de las nuevas demandas, además de las viviendas con sellos ambientales o sostenibles, ya que la sociedad tendrá un poco más interiorizada la concienciación medioambiental. Las áreas comunes en los edificios cobrarán una mayor importancia, ya que deberán repensarse en base al teletrabajo y la tecnología. Además de ser seguras, comenzarán a ser multifuncionales, adecuadas al perfil de usuario que viva en el edificio y muy eficientes, serán como una extensión del propio domicilio.

Finalmente, no solo se transformarán viviendas y oficinas, sino espacios públicos. El sector de la construcción debe estar preparado para ofrecer respuestas rápidas, como lo vimos en la necesidad de construir hospitales para hacerle frente a la demanda de pacientes sanitarios. Es nuestra responsabilidad ser el vehículo del cambio y mejorar la calidad de los edificios para contribuir a crear la nueva identidad de los espacios.

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